Interrogatorio de los ajenos

Cabalgaron por la ciudad hasta que el caballo se detuvo en la casa de Raguna. Ella, de un salto se bajo del caballo y dio cada paso con suma calma, creyó que lo más prudente seria estar preparada aunque sea un poco (solo como medida precautoria); Mentalmente, comenzó a reunir a sus espíritus familiares, juntos comenzaron una extenuante labor por levantar un muro astral permanente...no se negaron: ellos serian la base. Tomaría mucho tiempo y espíritus pero bien valía la pena. Lo haría lentamente para que "ya saben quien" no se diera cuenta.

Se cruzo de brazos y miro de reojo al Emperador, arqueando una ceja a modo de pregunta.

Dentro de la casa se comenzaron a escuchar pasos pesados que se desplazaban a la entrada, Raguna los reconocía y dirigió su mirada hasta allí.

daigotsu bajo de su caballo y guardo sus manos en las mangas de su kimono

miro inspecciosamente la casa y esbozo una sonrisa.
-se rápida...-
dijo mientras esperaba en la entrada de la casa.
De pronto unos pasos pesados como los de un toro se aproximaron, Daigotsu no se inmuto, de pronto un hombre garnde ( por decirlo menos) abrió la puerta.
Por un momento daigotsu creyó que se trataba de un oni o un Troll, pero al notar sus rasgos hunanos noto que aquella figura era la de un hombre de afuera... un bárbaro como solía llamarlos.
Daigotsu quedo parado frente a el esperando una reverencia.
el hombre grande sonrió.


~hee Bienvenido!!!, Raguna no acostumbra a traer hombres a la casa, ajajaja ella es muy tímida JAJAJAJAJAJA!!!, ahora digame... que intenciones tiene con mi hija... los vi a caballo ¬¬ he? he? jajajajajajajajaja.... es broma !!! ajajajajaja!!!!
El hombre grade le dio unas palmadas amistosas en la espalda, ignorando la persona que su hija había llevado a casa.


Daigotsu quedo un poco frió ante la actitud del hombre
-típicos de barbaros -pensó...
y se presento


- soy El hijo de los cielos... Daigotsu.
también conocido como el hijo del caos....-


ambos se miraron fijamente
el aire parecía que se volvía mas frió

~ pase bienvenido a mi casa emperador~dijo el hombre gigante sin hacer una reverencia.
Daigotsu entro con paso calmo... al parecer aquel hombre le hubiera gustado que ese sujeto sea sido un novio antes que tal aparición casi y supersticiosamente caótica.

Y con la gran excusa de "ser rápida" Raguna apuro el paso a la casa y se cruzo un breve instante con su padre, tenia una idea no muy clara de lo que sucedería así que siguió rápidamente mientas las comisuras de sus labios se curvaban ligeramente en una sonrisa reprimida. Lo primero era tomar sus cosas, así se podría largar rápido sin tener que hablar mucho alegando a que el GRAN y TODO PODEROSO señor se encontraba abajo ¡y no debía perder tiempo! Así, tomo solo lo que "considero necesario", en realidad; muchas cosas de valor sentimental, incluyendo prendas que solo podían ser utilizadas en los confines y otras cosas más de poca utilidad real.
Luego fue con su madre, le dio la grandiosa noticia de que ella al fin podría vivir tranquila con su padre, ahora era Raguna la que tomaría su lugar.

-Me llena de orgullo tu noticia, hija, estoy segura que harás un excelente trabajo has estado preparándote toda tu vida para esto –dijo la mujer, que aparentemente estaba muy contenta. –Espero que me superes.

Raguna no parecía muy convencida con la idea pero era mejor apurar el trámite y simplemente asintió a todo lo que su madre le decía y rápidamente le advirtió de la presencia de Daigotsu y que este al parecer estaba con su padre.

La mujer se puso más pálida de lo que ya era…

Raguna rió sonoramente al ver su cara…

Y ambas volvieron donde se debían encontrar los dos hombres, aunque la madre de Raguna parecía mas apurada por llegar que su hija.

Mientras Daigotsu y el Bárbaro se miraban detenidamente... deseosos de matar al otro con solo una mirada.
Se escucharon unos pasos rápidos al fondo.

- Tsuyako-san...-
Dijo Daigotsu a la madre de Raguna inclinando levemente la cabeza.

~Mi Señor Daigotsu-Sama~ Dijo Tsuyako he hizo una gran reverencia de 90 grados
~he de presentarle a mi familia Divino emperador... mi esposo y mi hija... pero, Daigotsu-sama porque no pasa a beber un sake o un té estoy encantada de resivirlo en mi casa~ Dijo con tono Cortes la mujer a su ex jefe.

- si he tenido el honor de conocer a tu familia Tsuyako... muy... exótica....-
un silencio se produjo por un momento pero Daigotsu digui hablando despues de un momento.
-no gracias, estoy con prisa Tsuyako-san , pero gracias por tu propuesta... sinceramente me sorprende que aun bebas sake... pensé que ahora preferías las cosas de afuera...-

un silencio aun mas incomodo se produjo

- en fin... Raguna-chan vámonos...fue un placer volverte a ver Tsuyako, espero que disfrutes de tu jubilacion -
Daigotsu inclino levemente la cabeza hacia tsuyako, y ella respondió de la misma manera.

El emperador luego dio la vuelta sin despedirse de aquel hombre grande y padre de Raguna y camino hacia el caballo.

"¿Ra...Raguna-Chan?" a Raguna le descompuso un poco el sufijo elegido para su trato, pero bueno, era mejor no rechistar. Cuando Daigotsu se fue Raguna se despidió de sus padres. Su madre no era muy cariñosa, normal, después de todo pertenecía al reino del aire, esa fue una despedida muy cordial; pero con su padre era distinto, le dio un gran abrazo de oso sin decir mucho y le dio uno que otro puñetazo suave en la panza de el, el le devolvió el abrazo pero su rostro dejaba en evidencia la preocupación por su hija.

-Ragna... -Comenzó el gran hombre lo que parecía un largo discurso. Pero su hija no estaba dispuesta a escucharlo.

-Si papá... -Respondió la joven con un dejo de hastío, deteniéndolo -No pasara nada, mamá sobrevivió ¿no? Creo que yo también podré.

Se separo de el y le sonrió ampliamente de forma tranquilizadora, el no parecía convencido del todo.

-Nos vemos! ;D -Se despidió ella mientras salía y se dirigía al caballo para marcharse de una vez.

después que la yogimbo subió al caballo el emperador subió.

una vez arriba daigotsu miro al barbárico hombre.
Usa sonrisa maliciosa se formo en el rostro del enmascarado y luego dio la orden para que el caballo comenzara su andar hasta el castillo.
La lluvia seso justo al llegar a las puertas del Castillo.

El camino fue silencioso.

Las grandes puertas de la entrada se abrieron de par en par.
Los 28 enormes guardias que custodiaban la entrada se postraron ante la figura del emperador.
Daigotsu entro como si eso no le importase, y entro finalmente al salón.
Una cortesana se acerco a el.

-traigan las cosas del caballo y llevenlo a la habitacion de mi yogimbo-
dijo con voz inexpresiva

~si mi emperador~ dijo la mujer reverenciando y se retiro


Siguieron caminado entre largos y laberínticos pasillos, hasta llegar a una hermosa puerta corrediza cuyo papel era adornado con gorriones pintados a mano muy detallados.
Mas al fondo del pasillo se veía una puerta de cristal dorado con dos grandes estatuas de oro y jade a los lados.

Daigotsu abrió la puerta de papel con gorriones .

- esta sera tu nueva habitación... disfrutala.
a partir de mañana comenzaras la labor de Yogimbo imperial...- disfruta tus únicas horas de descanso que tendrás-

sonrió Daigotsu

Di media vuelta y de devolvió, a medida que avanzaba su figura desaparecida volviéndose una con el aire.



...... fin.....