Una silueta se movia silenciosa por las calles de la ciudad, era una noche iluminada profusamente por la luna y las estrellas; sólo el leve susurro de la tela negra del manto anunciaba su paso, giró en una estrecha calle y salió a aquella en donde lo más sobresaliente era la taberna, se encaminó hacia ella y entro con el mismo sigilo con que solia caminar siempre. Se dirigió a la barra y tomo asiento *Un poco de vino* Pidió con voz sedosa y se desembarazó de la capucha dejando un caudal de rojos cabellos caer por su espalda, volvió los ojos hacia una chica a su lado *Viaje largo* Comentí mientras una botella de vino de un rojo oscuro era puesta frente a ella.